Para analizar seriamente, una y otra vez:
[…] “El hombre debería saber que del cerebro, y no de otro
lugar vienen las alegrías, los placeres, la risa y la broma, y también las
tristezas, la aflicción, el abatimiento, y los lamentos. Y con el mismo órgano,
de una manera especial, adquirimos el juicio y el saber, la vista y el oído y
sabemos lo que está bien y lo que está mal, lo que es trampa y lo que es justo,
lo que es dulce y lo que es insípido, algunas de estas cosas las percibimos por
costumbre, y otras por su utilidad...Y a través del mismo órgano nos volvemos
locos y deliramos, y el miedo y los terrores nos asaltan, algunos de noche y
otros de día, así como los sueños y los delirios indeseables, las
preocupaciones que no tienen razón de ser, la ignorancia de las circunstancias
presentes, el desasosiego y la torpeza. Todas estas cosas las sufrimos desde el
cerebro".