Amigo Zambrano, ¿Es verdad que la falta continuada de deseos sexuales se debe a un alto grado de espiritualidad y conexión divina? Agradezco su respuesta. H.L., 43 años, Nicaragua.
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¡Quien domine a una persona en el ámbito de su sexualidad terminará
dominándola en todos los demás ámbitos!
¡Por el devenir activo, libre y feliz de cada individuo!
Esta Es Mi Respuesta:
No mi amigo, no crea usted semejante
absurdo (idea inadecuada)… La falta de interés y deseo sexual(cuando se presenta
reiteradamente) se debe a un trastorno del deseo
sexual, ya sea que se presente en cualquiera de las dos entidades clínicas, como
son: “DESEO SEXUAL HIPOACTIVO” o “TRASTORNO DE AVERSIÓN SEXUAL”.
La persona que padece de “DESEO SEXUAL HIPOACTIVO” manifiesta poco interés
sexual, lo que la lleva a evitar los contactos sexuales: no inicia una actividad sexual ni responde a un estímulo
sexual.
La persona que padece de “TRASTORNO DE AVERSIÓN SEXUAL” manifiesta fobia y/o
aversión activa a todo lo sexual: le repugna todo lo
relacionado al sexo y su función; literalmente entra en pánico.
En ambos casos se recomienda buscar ayuda profesional calificada que permita la detección
de las posibles causas que están originando dichos trastornos, y pueda la
persona afectada acomodarse a una o varias terapias sexuales que le ayuden a
revertir y superar dichas afecciones del deseo sexual, y llegue a ser una persona o pareja sexualmente operativa.
Quien llame “santidad”, "espiritualidad", “cuerpo
glorificado”, “unción”, etcétera, a este tipo de trastornos del deseo sexual
demuestra una profunda ignorancia, ignorancia
camuflada de espiritualidad, que luego se propaga vehementemente entre
las masas como “sublime revelación divina” para esclavizarlas y dominarlas a su
antojo.
¡Quien domine a una persona en el ámbito de su sexualidad terminará
dominándola en todos los demás ámbitos!
Por otro lado, una persona que se controle
a sí misma en el ámbito de lo sexual, porque así lo quiere, pues le resulta
conveniente en muchos aspectos, es digno de que se le llame: justo. Pero ese control de sí mismo no
significa el acabamiento de un deseo que es legítimo, natural, y hasta divino. El deseo sigue vivo y
ardiente en esa persona, pero este es enfocado y proyectado conscientemente
hacia el ámbito de la conveniencia (lo que ayuda a su
esencia) con un alto sentido de responsabilidad y
beneplácito, ya sea por placer, romanticismo o procreación, sin culpas, sin
remordimientos, sin vacilación.
Como ve, mi amigo, se puede ser justo, maduro, sensato y vivir adherido a la
divinidad, y a la vez activo y ardiente en cuanto al deseo sexual…
Espero haber satisfecho sus expectativas y suscitado mayores preguntas e inquietudes con mi respuesta…
Ánimo y adelante…
MSc. Lcdo. Alfredo Zambrano García
Orientador en Sexología
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