sábado, 5 de octubre de 2013

Pregunta 0002: Mi Pareja Me Engañó, ¿Debo Perdonarlo?


Estuve 8 años con una persona, él tenía una hija cuya madre nunca le aceptó otra relación, al parecer por ello él nunca dejo de verla en estos años, y me estuvo engañando, a pesar de que lo descubrí hasta 3 veces siguió en lo mismo. Ahora luego de una prueba resulta que no es su hija. Yo decidí terminar la relación, pero ahora él me dice que me demostrará con hechos toda la verdad. No sé qué hacer, pues aun siento mucho amor por él, y esta separación duele mucho. Debo perdonarlo? Cambiará ahora realmente? J. E. 28 años, Perú.

“… si lo perdonas, está bien, y si no lo perdonas, igualmente está bien, y está bien porque sencillamente así lo quisiste, es tu derecho hacerlo o no hacerlo”.

¡Por el devenir de seres humanos libres, activos y felices!

Esta Es Mi Respuesta:

Agradezco, primeramente, la confianza que me has dispensado con tu consulta. Una vez leída y analizada tu inquietud, considero relevante responderte en los siguientes términos:
  1. Tú dicesNo sé qué hacer, pues aun siento mucho amor por él Yo te digo: “Es lógico y normal que aún lo sigas amando, pero lo que no es lógico ni normal es que lo ames a él más que a ti misma”. Amar a otro más que a sí mismo es una señal de desequilibrio emocional, de baja autoestima y desvalorización. La felicidad de una persona no debe depender de otra persona, sino de sí misma, de su madurez mental y afectiva, y del manejo emocional operativo que muestre ante cada experiencia vivida. Por lo tanto, es contraproducente, muy riesgoso, “renunciar a la propia dignidad con el fin de mantener una relación amorosa, pues la experiencia nos dice que todo lo que se funda sobre una base emocional distorsionada terminará desmoronándose inevitablemente, trayendo consigo una serie de desavenencias y  sufrimientos innecesarios”.
  2. También dicesesta separación duele mucho Yo te digo: Es normal que sientas dolor, es natural que te duela, ya que fueron ocho años compartiendo con él, intimando, disfrutando y soñando a su lado. Pero si ese dolor te paraliza y te deprime excesivamente, entonces, es un dolor anormal, obsesivo, patológico. De todas formas, es conveniente que sepas que “lo que duele mucho” no es la separación en sí, sino la manera cómo estás interpretando y evaluando los hechos, esto es, la forma como tu mente está percibiendo y juzgando esta circunstancia. Esto significa que eres tú misma la que te estás infringiendo ese dolor, por tu manera de ver y estimar la separación.
  3. Tú preguntas¿Debo perdonarlo? Yo te respondo con otra pregunta: ¿quién te exige que lo perdones? ¿Dios? ¿La religión? ¿La socio-cultura? ¿La conciencia? Has de saber que, si lo perdonas, está bien, y si no lo perdonas, igualmente está bien, y está bien porque sencillamente así lo quisiste, es tu derecho hacerlo o no hacerlo. El perdonar a una pareja sus infidelidades va más allá del ámbito del “deber perdonar”, es una decisión muy personal que se asume con estricta vigilancia y reflexión, sin intimidaciones ni amenazas, tomando como base tu propio bienestar y felicidad. Nadie te puede obligar a ello, y menos si resulta en detrimento de tu estabilidad psico-afectiva.
  4. También te inquieta saber si tu ex – pareja, en el caso que lo perdones y vuelvas con él, ¿Cambiará ahora realmente? Yo te respondoPues mira, nadie lo puede garantizar, nadie, ni siquiera él mismo. Sólo el tiempo lo podrá demostrar. Pero cabe preguntarse: Si en ocho años no contuvo sus impulsos, ¿lo hará ahora? Si en ocho años no te valoró como mujer, ¿lo hará luego de ser descubierta su farsa? Puede ser que sí, como puede ser que no. Es un riesgo que tendrás que asumir, el riesgo de una nueva infidelidad. ¿Y si vuelve a suceder, qué vas a hacer? ¿Echarte a morir? ¿Arrepentirte? ¿Sumirte en la desdicha y la soledad? ¡Nunca! Pues, como te dijimos, tu felicidad no está supeditada a lo que haga o deje de hacer tu pareja hacia ti, sino a tu estabilidad anímica y emocional. Así que, la decisión que vayas a tomar es recomendable que esté libre del rigor de una promesa de fidelidad, es decir,  lo perdonas porque así lo quieres, vuelves con él porque así lo has resuelto en tu corazón, deseas darle una nueva oportunidad porque es tu decisión, pero sin mantener una expectación rígida respecto de lo que él te ha prometido o esperas de él.
Ahora bien, en vista que la decisión que habrás de tomar es de tu única y exclusiva incumbencia (nadie debe decidir por ti), me permito presentarte las siguientes recomendaciones:
  1. Aplaca tu mente y corazón, y en un estado de serenidad haz una revisión honesta de tus sentimientos, sincerándote contigo misma, y reflexionando sobre la decisión que habrás de tomar. No es conveniente tomar decisiones en estados de tristeza, depresión, enojo o excesiva alegría.
  2. Haz una auditoría de las experiencias vividas al lado de él esos ocho años, y pregúntate: ¿Crecí como persona? ¿Mi grado de potencia para obrar aumentó? ¿Qué resultó ser mayor: mis momentos de alegría y satisfacción, o de tristeza y pesar? ¿Valdría la pena volver con él? ¿Me resultaría conveniente para mi desarrollo integral como mujer?
  3. Analiza, ¿qué sentimientos te sobrevinieron hacia él en estos meses de separación? ¿Realmente lo extrañas, lo deseas? ¿Es realmente amor lo que sientes por él? ¿O es una peligrosa obsesión lo que te está dominando, producto del temor a quedar sola o a la falta de confianza en ti misma?
  4. Si decides no perdonar su infidelidad, luego de un proceso de reflexión, debes asumirlo con paz y sobriedad, sin que esto te genere ansiedad y culpabilidad, lo cual no significa “odiarlo” ni “desearle el mal”. Lo que se busca es que cierres el círculo, que pases la hoja, liberándote tú y liberándolo a él, sin remordimientos, sin  rencores, sin retaliaciones.
  5. Si decides perdonarlo, luego de un proceso de reflexión, debes perdonarlo en todos los sentidos de la palabra, es decir, no recordarle jamás sus errores pasados, ni recriminarle sus infidelidades pasadas.
  6. Trabaja sin dilaciones (si realmente deseas revivir la relación) en el mejoramiento y rectificación de posibles actitudes y conductas no operativas que pudieran haber contribuido al deterioro de la relación. De seguro encontrarás que hubo acciones inadecuadas de tu parte. Lo mismo tendrá que hacer él.
  7. No vayas a una nueva etapa en la relación (si decides darle una nueva oportunidad) con prejuicios, miedos, espantos ni con expectativas negativas. Tampoco te aferres a vanas ilusiones o esperanzas desmedidas. Cree y avanza junto con él, tranquila, sosegada, confiada y segura de ti misma…
  8. Coloca las cosas en su debido orden y serás más libre, feliz y proactiva.
Ámate, valórate y respétate. Si tú no lo haces, nadie lo hará por ti.

Hasta aquí mis palabras.

Ánimo y adelante siempre…

Con cariño,

MSc. Lcdo. Alfredo Zambrano García
Orientador en Sexología

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