TERAPIA COGNITIVA CONDUCTUAL
Por Eduardo Keegan
Terapia cognitiva, o terapia cognitivo-conductual, es
el nombre que se da a una familia de tratamientos psicológicos que nacen en la
década de 1960, con dos grandes vertientes. En primer lugar, la terapia
conductual de los trastornos de ansiedad, que obtiene algunos logros
significativos en el tratamiento de algunos cuadros ansiosos (por ejemplo,
fobia a animales), y en segundo lugar, la terapia cognitiva de la depresión,
que obtiene un resonante éxito terapéutico, comparable en eficacia y velocidad
al que obtenía la medicación antidepresiva. Las dos décadas siguientes vieron
un creciente desarrollo de estas dos tradiciones, que terminaron confluyendo en
los años 80-90 en la llamada terapia cognitivo-conductual.
Los modelos cognitivos conciben al hombre como un
constructor de significados. La mayor parte de los recursos cognitivos -los
recursos mentales con los que logramos comprender la realidad- no son innatos,
sino que se construyen. La patología mental incluye modos de aprehender la
realidad que generan problemas y sufrimiento a una persona. Por ejemplo, todos
debemos aprender a ser cautelosos respecto de las intenciones de la gente. Pero
si nuestra cautela se convierte en una convicción profunda sobre la mala
voluntad de todos los que interactúan con nosotros pensaremos en forma
paranoide.
Todos tenemos que evaluar los peligros que nos
acechan, pero si nos volvemos excesivamente sensibles al peligro la gente dirá
que pensamos en forma ansiosa.
Las características de los modos patológicos de
comprender la realidad son la rigidez, la idiosincrasia y la disfuncionalidad.
El origen de una forma patológica de ver una situación
puede ser remoto. Una persona puede tener una visión negativa de sí mismo como
producto de experiencias infantiles o adolescentes. Pero, a diferencia del
psicoanálisis, esto no implica que siempre debamos hacer una reconstrucción del
origen de una cognición para modificarla.
Por eso, en la terapia cognitiva la regla es que no
importan tanto las situaciones en sí, sino el sentido que la persona les
asigna. Como señalamos antes, las personas ansiosas ven amenazas por todos
lados, las personas paranoides ven conjuras y malevolencia por todas partes.
Si prestamos atención a las situaciones que disparan
estas significaciones veremos que no difieren de las que enfrentan las personas
que no están afectadas por estos problemas. La diferencia está en cómo esas
personas reaccionan ante esas situaciones. Los terapeutas cognitivos, en
consecuencia, le pedimos al paciente que “tome a sus pensamientos como
hipótesis científicas que requieren investigación”. Esto no es fácil de hacer,
ni para el paciente ni para nosotros, pero puede ser extraordinariamente
liberador.
El objetivo global de una terapia cognitiva es que el
paciente revise los significados que le han generado problemas históricamente y
pueda aprender a ver la realidad desde una perspectiva no necesariamente
distinta, sino más flexible.
En la terapia cognitiva, a única diferencia entre
paciente y terapeuta este que el terapeuta tiene más experiencia en aplicar las
habilidades para ser crítico con los pensamientos disfuncionales. En lo demás,
se trata de una relación simétrica.
Los pacientes con pánico temen, equivocadamente, que
las sensaciones (de ansiedad) terminen en un infarto. La primera pregunta con
ellos es: ¿por qué no ha tenido el infarto hasta ahora, si las sensaciones han
sido tan frecuentes? Si debatimos seriamente el temor del paciente con pánico,
siempre hallaremos datos que muestran que este temor es infundado. El objetivo
es debilitar la credibilidad de las ideas disfuncionales y aumentar la
credibilidad de una forma alternativa de ver las cosas. Cuando un paciente
cambia su manera de pensar, también cambian su conducta y su estado de ánimo.
Los pacientes deprimidos, por ejemplo, temen fracasar
en todo lo que emprenden. Sienten desesperanza y dejan de intentar lograr
objetivos.
Si cambiamos su manera de pensar, no se sentirán
decaídos ante cada nuevo desafío, su conducta será más proactiva (intentarán
lograr lo que desean) y su ánimo será neutro o positivo.
Los pacientes con pánico temen a las sensaciones de
ansiedad. Cuando el paciente se convence de que esas sensaciones no son
peligrosas y que no preanuncian ninguna catástrofe, dejará de evitar las
situaciones que las activan y volverán a la vida normal que tuvo antes de
contraer el pánico.
Otro gran aporte de las terapias cognitivo-conductuales
a la psicoterapia ha sido la introducción de las llamadas tareas
inter-sesiones. La práctica concreta en el mundo real es usualmente
indispensable para lograr un cambio duradero. La terapia cognitivo-conductual
favorece el cambio experiencial, buscando activamente que el paciente
experimente con su realidad de modo de desarrollar nuevos modos de comportarse
y aprender cómo se siente actuar de un modo distinto, lo que nos lleva,
necesariamente, a pensar distinto sobre nosotros mismos y nuestro entorno.
REFERENCIA
KEEGAN,
E. (2011). Tipos de Terapias: Cognitiva
Conductual. [Información en línea]. Disponible: http://www.terapiasprofesionales.com/terapias_detalle.php?id=53
[Consulta: noviembre 01, 2013].
MSc. Lcdo. Alfredo Zambrano García
Orientador en Sexología
¡¡¡ ATENCIÓN !!!
Ponemos a tu disposición nuestra labor como Orientadores Y Terapeutas Cognitivo Conductuales, especialmente en el campo de la Sexología y la Salud Emocional... Si estás interesado(a) en recibir orientación en alguna de estas dos áreas, puedes contactarnos a través del celular: 04147376847, o escribirnos al e-mail: orientar613@gmail.com
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Reglamento de los Comentarios:
El contenido de los Comentarios es de exclusiva responsabilidad civil y penal de quien los envía y/o los utiliza.
OrientarSex no da garantía de la veracidad de los datos personales suministrados en cada Comentario efectuado y/o publicado en este espacio.
OrientarSex NO permitirá:
1. El uso de lenguaje vulgar /obsceno, discriminatorio o denigrante contra los administradores y/o usuarios de este Blog, ni contra terceras personas.
2. Opiniones que tiendan a avergonzar o atentar contra la dignidad de cualquier persona. Todos aquellos mensajes que represente una violación de las leyes civiles, o que atente contra la moral o las buenas costumbres no serán publicados.
3. Comentarios que se consideren agraviantes, difamatorios, calumniosos, injuriosos, falsos, discriminatorios, pornográficos, de contenido violento, tendencioso, amenazantes, instigantes a conductas de contenido ilícito.
4. Comentarios que pudieran afectar la sensibilidad del resto de los usuarios y/o de cualquier tercero.
5. Citar material que constituya propiedad intelectual de terceros, sin mencionar su fuente o autor.
6. Afirmaciones o hechos de otros usuarios o terceros sin tener prueba concreta al respecto.
Finalmente, los usuarios aceptan de manera expresa la remoción de cualquier comentario publicado en el sitio, que viole el presente reglamento, y no podrá ser considerado como un acto de censura.