Pregunta 019: El uso de juguetes eróticos, ¿conveniente o inconveniente…?

Como está licenciado. Le escribimos desde Bucaramanga. Mi esposa y yo hemos leído los últimos temas que ha subido al blog. Los hemos disfrutado al máximo, gracias por compartir tan valiosa información. Pero nos asalta una inquietud, y es sobre lo conveniente o inconveniente de utilizar juguetes eróticos en nuestras relaciones sexuales. Gracias adelantadas. G.Y.T. 39 años. Bucaramanga, Colombia.

Esta es mi respuesta:

Saludos desde Venezuela, estimado amigo, y gracias por hacernos llegar tan interesante inquietud. De entrada le digo que ha sido muy acertada la manera de enfocar la pregunta hacia lo “conveniente” o “inconveniente” que pudiera resultar el uso de los juguetes eróticos dentro del ejercicio de la función sexual, más que enfocarlo hacia el ámbito del "castigo" y "recompensa", que implican ideas de culpa, pecado, maldad, santidad, prohibición, demonización, y pare usted de contar). De esta manera, entiendo como prácticas "convenientes" todas aquellas acciones que conducen a las personas a conservarse en vida, a lograr mayor bienestar (o placer) y auto-realizarse, e "inconvenientes", como todas aquellas acciones que representan una amenaza para esta tres metas superiores. En cuanto a si es "conveniente" o "inconveniente" el uso de juguetes eróticos dentro del ejercicio de la función sexual, me permito responderle de la siguiente manera:

Todo aquello que traiga alborozo a la pareja, y que conduzca la relación (progresivamente) al mutuo contentamiento, al interés recíproco y a la compatibilidad o afinidad en los temas de placer sexual, y que para lograrlo se apele “al pícaro ingenio”, como lo es: el uso de activadores (coadyuvantes) eróticos (juegos, juguetes, música, lubricantes, aromas, vinos, entre otros), para el disfrute de ambos, y que se utilicen con prudencia, responsabilidad y discreción, sin que sea violatorio de las leyes civiles, o perturbe las normas de civilidad y de las buenas costumbres, RESULTA SER CONVENIENTE…

Es evidente, pues, que los juguetes eróticos ayudan a romper la monotonía en la que muchas parejas se han sumergido después de años de convivencia y vinculación. Más sin embargo, debe cuidarse la pareja de no convertir dicha práctica en una fijación, esto es, en una especificidad del método, que pudiera incluso devenir en una parafilia (patrón del comportamiento sexual de las personas, en las que la fuente predominante del placer sexual no se encuentra en el ejercicio de la función sexual en sí, sino en alguna otra actividad u objeto, en este caso, un juguete erótico), cuyas consecuencias pudieran ser tormentosas tanto para hombre como para la mujer, y hasta peligrosas para su conservación en vida, y para su bienestar bio-psico-social, como se ha visto en muchos casos. 

Y para aquellos, que pudieran escandalizarse por mi respuesta, les recuerdo que los juguetes sexuales han estado presentes entre los seres humanos en todos los tiempos y en todas las culturas, y han sido utilizados con fines lúdicos (juego, diversión), y hasta terapéuticos. Y aun cuando muchas sociedades le han dado un uso distorsionado e irresponsable, esto no representa un argumento en contra de su práctica.

De igual manera, los tabúes que se han generado  alrededor de los juguetes sexuales o eróticos son más producto de “errores de concepto” que de ideas adecuadas, auspiciados por algunas élites religiosas que han logrado posicionar dichos errores en la mente de sus feligreses a través de la culpa (castigo si lo haces) y la ilusión (recompensa si no lo haces).

Finalmente, para aquellas parejas que deseen utilizar los juegos eróticos como parte de su repertorio erótico y sensual, les recomiendo asesorarse de cómo funcionan dichos juguetes y que su utilización sea fruto del mutuo acuerdo, y cerciorarse a través de la observación y el diálogo que realmente estos provocan un incremento en el nivel de gratificación de sus fantasías, deseos y necesidades sexuales, y no dolor y/o repugnancia, donde la otra persona importa en todos los sentidos y donde las tres metas superiores no se vean amenazadas ni deterioradas.

Espero sus comentarios e inquietudes...

Con cariño,

MSc. Alfredo Zambrano G.
Orientador en Sexología