Vencer El Odio Con El Amor...

"Quien quiere vengar las ofensas mediante un odio recíproco vive, sin duda, miserablemente".

De acuerdo a la filosofía spinociana (de Baruj Spinoza): "Quien vive bajo la guía de la razón se esfuerza cuanto puede en compensar, con amor o generosidad, el odio, el desprecio, etc., que otro le tiene". (Ética demostrada según el orden geométrico, Parte IV, Proposición XLVI).

Y lo afirma mediante la siguiente Demostración: "Todos los afectos de odio son malos; y así, quien vive bajo la guía de la razón se esforzará cuanto puede por no padecerlos y, consiguientemente, se esforzará en que tampoco otro los padezca. Ahora bien, el odio se incrementa con un odio recíproco y, en cambio, puede ser destruido por el amor, de suerte que el odio se transforma en amor". De esta manera, se puede deducir, en palabras de Spinoza, que "Quien quiere vengar las ofensas mediante un odio recíproco vive, sin duda, miserablemente. Quien, por el contrario, procura vencer el odio con el amor lucha con alegría y confianza, resiste con igual facilidad a muchos hombres que a uno solo, y apenas necesita la ayuda de la fortuna. Si vence, sus vencidos están alegres, pues su derrota se produce no por defecto de fuerza, sino por aumento de ella". 

De aquí se desprende que el odio y el desprecio de nuestros congéneres debe ser bien administrado, hasta donde sea factible, bajo la guianza de la razón y la alegría, lo que nos permitirá aplicar las estrategias más certeras que nos posibilitará transformar ese odio en amor, vale decir, fomentar la paz y la solidaridad entre los semejantes. 

Queda claro, pues, que "el odio nunca puede ser bueno" (Ética demostrada según el orden geométrico, Parte IV, Proposición XLV), es intrínsecamente dañino y perjudicial para nuestra salud bio-psico-social; puesto que tiende a malograr el grado de potencia de obrar de las personas, tanto de aquél que lo padece como de aquél que se esfuerza en destruir al que le odia con más odio, lo que desencadena toda suerte de contrariedades y venganzas inútiles. ¿Por qué así? Por cuanto el odio proviene de la tristeza y de la irracionalidad, esto es, en las pasiones, y todo aquello que tiene su asiento en las pasiones provoca despotenciación e imperfección, y los conduce a mayores niveles de insatisfacción y sufrimientos innecesarios. 

Por tal motivo, se hace imprescindible buscar estrategias de asertividad y concordia, basadas en la razón y el buen ánimo, para afrontar nuestros propios afectos de odio y afrontar, a su vez, el odio y desprecio de los demás. Nos conviene a todos por igual...

Ánimo y adelante…

Con cariño,

MSc. Lcdo. Alfredo Zambrano García

Orientador en Sexología

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