Saludos maestro Alfredo. Qué le puedo
aconsejar a una persona que me dice que ya su esposo y ella no son los mismos
y casi no tienen intimidad, y que ella no quiere formar parte de las
divorciadas y prefiere aparentar frente a todos? Datos en reserva.
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Saludos, mi estimada amiga. Gracias por confiarnos su inquietud. Es lamentable que un ser humano llegue a este estado de pasividad y detención anímica y mental, y todo por temor al qué dirán, el cual tiene su base, indefectiblemente, en ideas irracionales, traducidos en: "debo de", o "tengo que" agradar a la socio-cultura antes que divorciarme, pues me avergonzaría mucho si lo hiciera y no podría soportar tal ignominia (es un hecho que las sociedades siguen viendo el divorcio como una conducta anormal, vergonzosa y, por lo tanto, rechazada).
Ahora bien, según puedo ver y entender, su amiga no está buscando ayuda, no tiene la necesidad de un cambio (ponerle fin a sus estados emocionales contraproducentes), por lo que prefirió el camino de la resignación (está usted más preocupada que ella por la situación). En tal sentido, me apena decirle que no es mucho lo que usted pudiera hacer para sacarla de tal encierro, pues nadie opta por un cambio verdadero si este no emana de su propio corazón. Lo más que podría usted hacer es recomendarle que busque ayuda profesional (de un psicólogo, orientador de parejas). Sin embargo, debo indicarle que aun cuando ella busque ayuda terapéutica, el trabajo más efectivo y eficaz para el funcionamiento de una labor terapéutica y de un tratamiento viene de parte del paciente/orientado/consultante (de su deseo de cambiar o mejorar) y no tanto del terapeuta/orientador/psicólogo.
De esta manera, debe afirmarse que "nadie está obligado a ayudar a una persona que no desea cambiar". Un acto bondadoso de su parte en estas condiciones puede, incluso, resultar nocivo y perjudicial para su salud emocional, y hasta familiar, pues estaría usted adentrándose innecesariamente en aguas turbulentas y extrañas (en un pleito ajeno), y estaría violentando la segunda meta superior de todo ser humano: Evitar penas innecesarias (Albert Ellis).
Queda claro, entonces, que no es adecuado intentar sacar a su amiga de su penosa decisión en contra de su voluntad, y mucho menos sentir culpa por las consecuencias que ella pudiera arrastrar sobre sí. Ella así lo quiso y así lo prefirió, debe ser respetada. Déjela en paz, déjala vivir su propio proceso, hasta que se encienda en ella el deseo de un cambio existencial (deseo de superar sus actitudes contraproducentes), ya sea para buscar ayuda terapéutica a fin de revivir la relación, o para separarse sin mayores traumas. Podría ser peor el remedio que la enfermedad.
Por otro lado, nos haría bien extraer algunos aprendizajes de la experiencia sentimental de su amiga.
- No es operativo ni funcional "AMAR" a otra persona o cosa más que a nosotros mismos(as) (eso no es verdadero amor), y mucho menos llegar a anular la propia individualidad para complacer los gustos y caprichos de los demás (y en mayor proporción, los de la pareja). AMAR es construir para construir, edificar para edificar. La pareja participa de nuestro amor y nosotros participamos del amor de nuestra pareja, para potenciarnos mutuamente, trabajar juntos por un proyecto de vida, pero no para anularse en aras del "AMOR" (que muchas veces resulta ser apego, obsesión, platonismo, alteración emocional).
- Debemos estar claros que NO HAY MAYOR CUALIDAD QUE LA AUTO-DIRECCIÓN, y esta es innegociable, ineludible, impostergable, intransmisible a otros seres (así sea la pareja). Pero para que exista la AUTO-DIRECCIÓN (capacidad de dirigirse a sí mismo, de manera operativa) primero debemos cultivar el AUTO-CONCEPTO (reconocimiento de la esencia que nos define) y la AUTO-ACEPTACIÓN INCONDICIONAL (aceptarse tal cual como somos). Y créame, todo es factible y realizable, si así nos lo proponemos. Para ello se requiere trabajar en la Afectivación Racional de la Mente, esto es, equilibrar mente y corazón, corazón y mente sobre la base de ideas adecuadas y racionales.
Finalmente le digo, mi estimada amiga, que se hace necesario que cada quien separe un tiempo para sí mismo(a), para consentirse un poco, para relajarse, para atenderse tanto cognitiva como afectivamente e iniciar una etapa de armonización y equilibrio desde los planos mental, emocional y conductual. De esta manera, estará en mejores condiciones de saber cómo proceder en este y otros tipos de decisiones que cada día se nos presentan y continuar la vida de una manera operativa, firme y productiva.
Con cariño,
MSc. Alfredo Zambrano G.
Orientador en Sexología
Excelente enfoque Maestro Alfredo Zambrano. Aunque también se podría acotar que antes de existir un trabajo con la pareja se debería primero aconsejar o remitir a un psicólogo para así abordar de lo micro (es decir INDIVIDUAL) a lo macro (es decir MATRIMONIAL). Esto es importante ya que se examinaría lo que usted muestra en una parte de su repuesta la cual son esas ideas irracionales que fue elaborado por un gran hombre llamado Albert Ellis o lo que también muestra otro hombre como Aaron Beck que son las distorsiones cognitivas. Pienso que ya con eso se daría una gran mejoría ya que la persona se evaluaría ella misma, se liberaría de una neblina mental que no dejaba ver el punto con un mejor enfoque o perspectiva y ya después de ahí se trabajaría con los 2 como pareja. Pero como usted dice: todo esto se daría perfectamente si hay una iniciativa o una disposición a cambiar y mejorar esa situación.
ResponderBorrarExcelente comentario Robert. Muy acertado y pertinente. Estoy seguro que llegarás a ser un psicólogo influyente en tu generación. Adelante siempre.
BorrarMuy buena reflexión! Es difìcil pretender cambiar a aquel que no quiere dar el primer paso, pues todo cambio en nosotros debe ser endógeno para que sea coherente, duradero y por ende, nos lleve una vida plena.
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