viernes, 1 de enero de 2016

Pregunta 021: Niño con tendencias homosexuales: ¿cómo deben actuar los padres en estos casos?

 
Respetado amigo, de qué manera deben actuar los padres de un niño que muestra tendencias homosexuales genéticas y no provocadas por otros motivos, como violación. ¿Cuál debe ser la actitud de ellos frente a este caso y qué explicación del tema habría para esos padres? Agradezco su respuesta pues suplirá una gran necesidad. Shalom. Desde Ibagué, Colombia. Demás datos en reserva.

Esta Es Mi Respuesta:
Saludos amigo. Gracias por participar con su relevante pregunta. Para un claro entendimiento de este tema, se hace imprescindible tener en cuenta los siguientes postulados sexológicos:
  1. La homosexualidad (masculina o femenina) ha sido catalogada desde la sexología clínica como un patrón sexual, que la mismísima persona llega a definir a partir de los 25 años o más (no antes, según la MDS III)*, y que va adquiriendo a través de la interacción con la socio-cultura en los diferente períodos de su vida. Por tal motivo, no es correcto etiquetar las tendencias del  referido niño como "homosexuales", y mucho menos etiquetarlo a él de "homosexual".
  2. Por otro lado, lo que hace que un homosexual sea catalogado como tal es el ejercicio mismo de la homosexualidad (masculina o femenina) y no las expresiones amaneradas (o afeminadas) que éste pudiera manifestar, que me imagino es el caso del niño. Sepa usted que existe una marcada diferencia entre “amaneramiento” y “tendencias homosexuales” como tal. Hay que saber diferenciar entre estas dos conductas, que una no implica a la otra, para no incurrir en evaluaciones desaforadas ni errar al blanco en asuntos de temas sexuales, y más aún, si son suscitados en el seno de la familia. Se sabe de individuos homosexuales con porte varonil, y heterosexuales con gestos afeminados o amanerados. También, hay casos en los que se ven expresados las dos conductas (homosexualismo y amaneramiento); pero en líneas generales, el amaneramiento no implica a la homosexualidad ni viceversa.
  3. Que un individuo se identifique plenamente con un comportamiento homosexual no significa que éste haya sido abusado sexualmente en su infancia (violación, por ejemplo), como usted lo refiere; y que un individuo haya sido abusado sexualmente en su infancia no significa que vaya a ser homosexual. Muchos individuos han sufrido este tipo de abuso/violación y no necesariamente adoptaron patrones homosexuales llegada la edad adulta. Repito, lo que hace que una persona sea catalogada como homosexual es el ejercicio mismo de la homosexualidad y su plena identificación con dicha práctica, ni siquiera que haya tenido una o varias experiencias homosexuales (forzadas o libres). En este último caso, se le denomina "experiencia homosexual", mas no "homosexualidad".
  4. Por otro lado, usted dice que el niño “muestra tendencias homosexuales genéticas”, y yo le pregunto: ¿quién lo puede aseverar? ¿Hay alguna prueba de ADN que lo demuestre? ¿Son los padres o sus familiares científicos, biólogos? Asumo que no. Pienso que lo que usted quiere decir, o los padres del niño, es que éste desde muy temprana edad ha venido manifestado un tipo de conducta “no varonil”, "amanerada", "afeminada", que los padres han interpretado o percibido como “tendencias homosexuales”. ¡Craso error!
  5. Pero suponiendo que esto sea así (ojo, estoy suponiendo), es decir, que la estructura biológica y psíquica del niño está configurada potencialmente hacia la homosexualidad, o dicho de otra manera, que la referida conducta homosexual se viene gestando de manera innata, incondicionada, no aprendida (cosa rarísima si así fuera, pues hasta donde se sabe la homosexualidad es aprendida, no adquirida innatamente), entonces, aquí no hay nada que hacer, pues el niño, llegado a una edad adulta (25 años o más), optará definitivamente por el patrón homosexual, pues esa es en definitiva su orientación sexual, y así fue determinado "biológica y psíquicamente", ¿y quién puede luchar contra esto?
  6. Si por el contrario, lo que hay en el niño es un simple modelamiento, es decir, una conducta amanerada aprendida o condicionada, copiada de otras personas afines a él, el niño lo que necesita es orientación conductual oportuna y calificada, y no etiquetas de condenación, ni hacer escándalos, ni propinar amenazas, ni expresar actitudes de rechazo y/o desprecio, pues estas actitudes pueden afectar en el niño su imagen propia y la de su cuerpo y, eventualmente, dificultarle la aceptación de su sexualidad. De igual manera, es inadecuado estar recordándole  al niño sus expresiones amaneradas (instigándolo, burlándose), pues esto puede llegar a producir en él fijación de ese mismo hecho, promoviendo de algún modo su repetición futura.
  7. La orientación conductual en este caso es de suma relevancia, puesto que busca la modificación gradual de esa conducta amanerada, hasta su minimización o extinción, a través de la aplicación de técnicas conductuales bien estructuradas y dirigidas, tanto para los padres como para el niño, que le permitan a éste: 1) despertar y construir progresivamente su propia identidad, según sus rasgos masculinos, y sin traumas; 2) a plasmar y desarrollar su salud psico-afectiva y sexual (según sus cualidades o habilidades innatas). Así, poco a poco, y en la medida que crece, irá el niño adoptando una conducta acorde con su esencia (auto-concepto, auto-aceptación incondicional, auto-dirección), según el grado de potencia que lo compone.
  8. Ahora bien, si llega a suceder que ese niño, una vez arribe a los 25 años o más (según la MDS III)*, decide identificarse plenamente con el patrón homosexual, pues tiene claro que se activa sexualmente sólo con hombres, y en la búsqueda de su identidad sexual piensa y cree que está en el camino cierto (es lo que le satisface), y hacia allá define finalmente su potencia sexual, ¿cuál debe ser la actitud de sus padres y familiares frente a este hecho? Se recomienda, en estos casos, que sus padres y demás familiares (y la sociedad en su conjunto) muestren una actitud de respeto y tolerancia hacia él, respecto de su definición sexual, es decir, aceptarlo tal cual como él es, y no caer en discriminaciones homofóbicas (imaginarias, verbales, comportamentales), pues resultan ser actitudes irracionales y peligrosas para la estabilidad de una sociedad y de la nación toda, y además, hasta donde les sea posible, brindarle apoyo y orientación integral para que llegue a ser un individuo operativo (funcional, pro-activo, útil) socio-culturalmente hablando, independientemente de su patrón sexual.
  9. Pero también, pudiera suceder que ese adulto, en la búsqueda de su identidad sexual, entra en una crisis emocional profunda (sentido de vida) y no se halla consigo mismo, se siente desorientado, pues percibe que sus conductas homosexuales son sólo fruto de una alteración psico-afectiva, que devinieron, por ejemplo, por dolorosas carencias paternales, y no es lo que realmente quiere en sus fueros internos, pues se dio cuenta que también tiende hacia la heterosexualidad (se siente atraído sexualmente por las mujeres, y se siente más a gusto y pleno) y esta situación confusa lo deprime, lo llena de ansiedad, a tal punto que su conservación en vida y su bienestar integral entran en zona de riesgo, entonces se hace imprescindible en este caso la búsqueda de acompañamiento emocional y profesional, es decir, que el sujeto busque apoyo de un terapeuta calificado y que, por otro lado, sus familiares y amigos le brinden incondicionalmente todo el apoyo moral, de tiempo, de esfuerzo y dinero que llegue a requerir, a fin de que resuelva el enmarañamiento de su red neuronal y logre despertar y encauzar su grado de potencia sexual, principalmente en favor de su bienestar individual, así como también el de su grupo familiar y el de su entorno.
Como ve, mi estimado amigo, quien decide cómo se va a desempeñar sexualmente en la sociedad, qué hará y qué no hará con su cuerpo y con su potencia sexual, es el mismo individuo, y esto sólo lo definirá a través de su interacción con la socio-cultura en los diferentes períodos de su vida. Es un tema sumamente dinámico, nada estático, donde convergen múltiples variables (bio-psico-social y espiritual).
Sé que estos temas son álgidos en algunos círculos religiosos y en la socio-cultura, pero ha llegado la hora de no seguir burlándose, despotricando ni juzgando las conductas humanas, sino esforzarnos en entenderlas y respetarlas, aun cuando no se esté de acuerdo con ellas.

Con cariño,

MSc. Lcdo. Alfredo Zambrano G.
Orientador en Sexología
_____________________________________________
Manual Diagnóstico en Sexología (MDS III), 3ra. Edición, Año 2014, de La Federación Latinoamericana de Sociedades en Sexología y Educación Sexual (FLASSES), la Asociación Mundial de Sexología Médica (WAMS) y la Academia Internacional de Sexología Médica (AISM).

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